domingo, 15 de febrero de 2009

De los sueños (y la importancia de un abrazo).

"Suelo tener los sueños más extraños...."

Aunque a veces pienso que todo mundo los tiene, pero pocos los recuerdan al despertar.

Mi problema, creo, es recordarlos. Y, si acaso ando en estado esquizofrénico (lo cual suele ser más común de lo que quisiera y me fuera saludablemente permitido), lo que sueño puede influir sobremanera en mi estado de ánimo y comportamiento diurno... si es que no me aplico una pastilla de realidad. A veces funcionan, a veces no.

Suelo tener pesadillas muy frecuentemente. Algunas, sobre todo en mi niñez, eran repetitivas (como muchos sueños), al grado que sabía yo que estaba soñando y buscaba desesperadamente un reloj para saber, al menos, cuánto tiempo faltaba para que despertara.

Otra veces buscaba la rendija de mi ojo, esperando ver un pequeño parpadeo por el cual escapar "hacia la realidad" y despertar en ese instante.

Aunque la verdad, pasando la niñez, diría que las pesadillas se han vuelto más bien como sueños incómodos. "Bad dreams", mas que "nightmares".

Muchos sueños son, a veces, extremadamente vívidos. A veces.

Muy... ¡raros! ¿Qué más?

Recuerdo cuando leí una entrevista a cierto músico, quien relataba las canciones de su disco y cómo éstas habían sido escritas en base a sus sueños más raros.

¡Vaya!, pensé. Mira que no ando tan perdido...

No, no le doy a los sueños NINGÚN valor esotérico. Creo, realmente, que es nuestro subconciente y nada más. Una interpretación subjetiva de cómo percibimos la realidad y de cómo nos afecta.

Y dependiendo de la mezcla química que en ese momento manejemos en nuestro cerebro, las vivencias, estado emocional, las malditas ondas alpha...


* Por cierto, es mentira eso de que sabemos que estamos soñando cuando nos forzamos a leer en el sueño y jamás podemos ver letras, sino simples garabatos. Al menos no en mi caso. Ah, y por lo regular escucho una música de fondo que nunca alcanzo bien a distinguir. A veces son como sonidos vagos.

Y a veces sueño en blanco y negro, pero por lo regular a colores. A veces a demasiados colores.

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La otra noche soñé una de mis caminatas por el parque.

Quienes me conocen saben de la importancia que tienen para mi los árboles. Pero sobre todo, vivir rodeado de ellos lo más que se pueda.

Y así iba yo, pensativo y en paz. De hecho, diría que incluso feliz. Y disfrutaba los árboles.

En eso, escucho pasos detrás de mi, volteo de reojo y veo a mi mamá, mientras continúo caminando.

Y sonreí, pensando: "Mi mamá... madre. ¡Tantos años!... Madre, mater. Alma mater; matriarcado, maternal..." y muchas cosas más pensé o más bien sentí.

Volteo de nuevo, le sonrío y le hago la seña, extendiéndole el brazo, de que se me acerque. Pero yo no detengo mi marcha. Después de todo, pienso, no voy a grandes pasos.

- Espérame, que también viene tu papá.

"Mi papá... padre." Sonrío. Nunca lo conocí, realmente. Murió a los pocos meses de yo haber cumplido 5 años. Y por su trabajo, pocas veces lo veía.

- Pues acércate, Pedro. - escucho decir a mi madre, quien en ese momento ya me había tomado de la mano y me emparejaba el paso.

En eso siento que las manos de mi padre se apoyan sobre mis hombros. Y tuve que detener mi marcha. Sentí... ¡vaya! Que si eso es lo que siente mi hijo, prometo seguir haciéndolo tantas veces como pueda.

Y después me rodeó con su brazo izquierdo por sobre mi hombro, mientras sentía que reclinaba su cabeza en mi espalda.

Yo sonreí en paz, mientras le daba palmaditas en su brazo.
Podría contar con los dedos de la mano las veces que he soñado a mi padre... y me sobran la mitad.

No, no lo vi. Pero le agradezco "el abrazo" y "la visita".


A los dos =)



jueves, 12 de febrero de 2009

De las palabras.

Mario Ramírez Ramírez.

"¡Ramírez ^ 2 (Ramirez al cuadrado)!", le dije una vez. Me sonrió y me dijo: "Fíjate que no me decían así desde la universidad."

Fue mi maestro de español en 5° de primaria y, como buen maestro que era, una de las muchas personas que influyó en mi vida -a mis escasos 11 años y sólo sería mi maestro durante ese ciclo escolar-.

Ceo que Mario era muy parecido a mi (pero, ¿quién no es muy parecido a uno, en determinados o ciertos aspectos?). Mario andaría por los 25, creo. Aunque ya sabemos cómo magnificamos la edad de nuestros mayores cuando somos niños (curiosamente, de adultos tendemos a minimizar la propia y la ajena).

Un día, después de varias clases en las que nos había hablado sobre la importancia del lenguaje y la literatura (sí, aunque no lo crean, en 5° de primaria) llegó al salón con un pequeño tocadiscos y nos puso una canción llamada "La palabra".

El estilo se hubiera catalogado, unos años después, como "canto nuevo" o de influencia de trova cubana. En ese entonces (1977), creo que más bien se le consideraba música floclórica o subversiva.*

* Me encanta ese término. Amén del significado de "subvertir", el aplicarlo a la literatura o poesía pareciera más acorde con la idea de "subversar", como si habláramos del mensaje subliminal, el "trasfondo" de una oración, muy diferente al uso de las metáforas.

Sin embargo, "subversar" es una palabra que, tristemente, no existe. Por lo que me atribuyo su acuñación. (wow!)


La canción era una apología de la palabra. Pero al mismo tiempo hacía una analogía entre el ser humano y la palabra. La importancia de las palabras. El poder de las mismas.

Obviamente, pasarían varios años antes de enterarme del término apologética.

"Tú eres la palabra, y debes de saber:
Que tú tienes la fuerza de la libertad."

O algo así decía el coro.

Y ahora, frente a mi, como desde hace más de 20 años, veo pixeles formado palabras.

Ideogramas que en su conjunto expresan ideas y conceptos. Palabras que definen incluso la más subjetiva de las ideas y pensamientos.

Somos el valor de nuestras palabras.

... pero a las palabras "se las lleva el viento".

Alguna vez leí que cada sonido generado en el universo queda "flotando" en el mismo, lo cual tiene lógica: La voz, al producir sonidos, genera energía. Y por lo tanto, con la tecnología adecuada, podríamos "escuchar" el pasado-presente (¿futuro?) .

Ojalá encuentre ese artículo o teoría y ... si estoy en Internet!!! Qué te pasa???

http://faculty.washington.edu/jcramer/BBSound.html

pero sobre todo:

http://msowww.anu.edu.au/~pfrancis/Music/

Y lo terrible no es pensar en cuántas palabras se hayan dicho, sino en cuántas dejaron de decirse... o escribirse.